RESPETO Y OPORTUNIDADES PARA TODOS

Jorge está por cumplir los 25 años de edad, es oriundo de Venezuela y junto a sus amigas se pregunta de una manera generalizada, ¿Por qué los peruanos son tan malos con los venezolanos?

Hace 3 meses que llegó a Trujillo, el detonante para dejar su país fue los pocos ingresos que tenía y la soledad en la que estaba, toda su familia había migrado a Perú. Fue entonces que decidió alistar lo necesario para partir hacia un nuevo futuro supuestamente mejor. Llegar y entrar a Perú fue fácil, lo difícil fue encontrar una forma de ganar dinero para solventar sus gastos.

Jorge desde que llegó a trabajado de diferentes formas: mozo, cobrador, taxista, vendiendo ropa; pero le pagaban muy poco para las horas que trabajaba y el trato de los empleadores que le tocó era pésima… por eso decidió junto a su hermano, emprender un negocio donde la ganancia sea líquida; ahora se dedica a vender bebidas calientes, pasteles tradicionales de su país y también pasteles peruanos, preparados por ellos mismos. Las ganancias diarias son mucho más rentables, pero el trabajar en las calles no es para nada una cosa sencilla.

Cuando sale a recorrer las calles de Trujillo ofreciendo sus productos tiene que ir acompañado de una sonrisa y buena carisma para que pueda converser a la gente de comprar. Mientras vende ha tenido oportunidad de toparse con gente buena, pero también con personas que lo minimizan por el hecho de ser venezolano, personas que no le responden un saludo, lo ignoran o hasta lo insultan, lo confunden con delincuente y lo rechazan tal vez por la apariencia.

A pesar de las dificultades y las brechas de desigualdad que aún existen y se puede apreciar en nuestra sociedad, Jorge y su hermano siguen adelante para poder surgir con mejores oportunidades, todos como seres humanos tenemos derecho a una vida digna.

Autora: Mayra Villanueva.

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